martes, 3 de enero de 2012

Anatomía de una maestra de infantil.

En general l@s maestr@s y profesor@s, no me gustan, o no me gustan de entrada, o digamos que los "malos" son tan "peligrosos" que hacen que tengas este miedo, o no se como decirlo, a que el que le toque a tus hijos sea uno de esos. Incluso los "buenos", suelen castigar de formas ridículas como sillas de pensar, como si los niños fuesen desactivados a la escuela y allí, en esa silla, se fueran a conectar con el mundo, castigarlos fuera del aula, o en otra clase de niños mayores o menores, como si relacionarse con los de otra clase fuera un castigo, cuando debería ser todo lo contrario.

Pero me encontré por la red una imagen que me encanta, y como también hay tantos maestros y maestras maravillosos, que respetan a los niños y los tratan con cariño y saben ver en cada uno a una persona única. La dejo aquí para recordarme a mi misma, que están ahí también.


Me ha encantado lo del corazón expandible. Y la unidad multiusos para agitar cabezas para decir hola y adiós en repetidas ocasiones me ha recordado a la maestra de mi hija mayor.

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