jueves, 5 de enero de 2012

Oso, uno más de la familia.


Lo nombré en la anterior entrada y tengo una foto suya en el blog, y es que este Oso, es uno más de la familia. Llegó a casa cuando mi hija cumplió un añito, se lo regalaron unos amigos de su Papá, venía en una caja descolorida, como de haber pasado años en una tienda sin que nadie se lo llevara. A mi hija le encantó. Oso tiene una especie de jersey amarillo con un corazón de plástico, dentro de Oso había un aparato que hacía música y luz que salía por el corazón, y como si fuera un recién nacido, nos dio unas noches de varios despertares nada más llegar, cada vez que mi hija se ponía encima Oso hacía música, no había opción de apagar, así que directamente, y viendo que la niña quería dormir con él cada noche, decidimos sacarlo.
Oso a punto de irse a la cama.

Oso en nuestra cama

Oso ha viajado con nosotros, hizo un crucero por el Atlántico y viajó en avión a Tenerife. Estando en Tenerife Oso se perdió, menudo disgusto nos llevamos, pero como Oso y mi hija siempre se hacen notar, un camarero del hotel lo encontró, lo reconoció y nos lo trajo.
Oso viajando en avión.
Oso en el Loro Parque.
 Oso va con nosotros  a casi todas partes, a comer fuera, a casa de los abuelos, al parque... Y jugamos con él a casi todo.

Oso jugando a hacer el avión.

Oso a punto de salir de paseo.

Y sobretodo Oso duerme con mi hija, y todos los miembros de la familia, en algún momento, hemos dormido con él.
Oso durmiendo con mis dos hijas.

Oso haciendo de almohada en una siesta al aire libre.
Sale en casi todas las fotos que tengo de mi hija y en las fotos familiares, todos le tenemos cariño, hace unos días no estaba, yo recordé que habíamos venido a casa haciendo carreras por la acera y que se habían caído, así que a las 9 de la noche me calcé, salí a la calle y lo busqué deshaciendo el camino que habíamos  hecho al venir hacia casa. Y es que todos lo queremos, y precisamente en esos momentos en que se perdió es cuando nos dimos cuenta de que no queremos perderlo. Y por eso yo hago esta chorrada, y le dedico una entrada en mi blog. Mañana se la enseñaré a mi hija que se que le va a encantar. Solo una madre puede sentir lo que yo siento por un oso de peluche, y llamarlo Oso, no un oso, o el oso o el muñeco, el peluche... No, él es OSO.

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