miércoles, 8 de octubre de 2014

El profe de mi vida.

Llevo dos días viendo esta inicitaiva por facebook; #oprofedamiñavida (#elprofedemivida en castellano). Estuve dándole vueltas y pensé, que con las que yo he liado en temas de educación, igual estaría bien que le hiciese un homenaje a esa profe de mi vida, que la hubo, y aun hoy, 30 años después es una persona que tengo presente, también a otros, pero a una especialmente.
No voy a hacer un vídeo, ni a nominar, que me parece mucho lío ahora mismo para mi, pero me he animado a hacer este pequeño gesto a esa profe tan especial.

La cosa empezó con 4 años, por primera vez fui al cole, una de esas escuelas unitarias. Yo tengo recuerdos muy vívidos de mi infancia, y muchos, muchos recuerdos. Recuerdo la chaqueta marrón que tenía ese invierno para ir al cole, tenía capucha, yo la ataba en la cintura con un cordoncito que tenía, bien apretada, la bolsa de la merienda que me hizo mi madre, la alfombra de contar los cuentos, la foto del rey, una virgen que ya estaba en las fotos de la escuela de mi madre y allí seguía...
Lo que no recuerdo de ese primer año es a la profesora, se que llevaba una bufanda larguísima, azul y amarilla, tengo el recuerdo de verla de cintura para abajo, supongo que según mi altura, pero no recuerdo su cara. Recuerdo estar castigada en el hall de la escuela, y estar todos castigados sin salir al recreo, viendo por la ventana como jugaban los otros.

Sin embargo al año siguiente, con 5 años, una nueva profe llegó, se llamaba Loli, ni doña Dolores, ni señorita Loli, simplemente Loli (en aquel entonces era  poco habitual no llamar de Don o Doña a los profesores)

Recuerdo sus gafas, con una patilla "rara", su pelo negro con algunas canas, un pelo grueso que picaba cuando te abrazaba, recuerdo el tacto de la piel de su cara, un poco áspera bastante más que la de mi madre, se parecía más a la de mi padre. Recuerdo sus manos, gruesas, ásperas, que me acariciaban la cara, estaban siempre muy calentitas. Recuerdo su chaqueta de lana, una chaqueta gruesa, a mi me gustaba ponerme a su lado y manosear esa chaqueta, tenía unos dibujos como de renos, yo siempre tocaba los renos, era como más peluda la lana de la que estaban hechos. Recuerdo su voz grave, a veces hablando bajito para que los compañeros no escuchasen lo que te decía.

Al siguiente año y ya en otro cole, en 1º de E.G.B, volvimos a estar con ella.
Recuerdo que como ese cole ya estaba más lejos, y yo iba caminando, ella me revisaba los pies y si los tenía mojados sacaba unos calcetines gorditos que olían muy bien de su cajón y me los ponía mientras se secaban los míos y mis zapatos en el radiador. Recuerdo que la quería muchísmo, y me sentía muy querida por ella.

Un día Loli me chilló mucho, y yo me sentí fatal, y lloré en silencio, intentando que ella no me viese. A la hora del patio dijo que podían salir todos menos yo; se sentó a mi lado y me dijo que la perdonase por haberme chillado, que no había estado bien, que estaba nerviosa y por eso lo hizo, me abrazó y yo me sentí muy aliviada, llevaba su chaqueta de renos tan suave, me gustó estar entre sus brazos y sentir aquella lana suave, y el tacto de la piel de su cara, áspera, calentita... Pensé que la quería mucho y que ella también me quería mucho a mi. Luego me puso mi chaqueta y salimos juntas al recreo, me llevaba de la mano por el pasillo y me sentí muy importante. Recuerdo ese momento como uno muy feliz a su lado.

Podría contar mil historias de aquellos dos cursos, pero esta anécdota, creo que fue de las que de verdad me marcó, y de las que dicen lo que realmente era Loli, y por qué es la profe de mi vida, y seguramente la profe de la vida de muchos otros.

No recuerdo el proceso de aprender a leer, a sumar, a restar... con ella. Pero recuerdo que si se equivocaba lo decía, si nos equivocábamos lo hablaba con nosotros, y todo seguía. Y recuerdo sus abrazos, sus caricias, su piel, su olor, su pelo, aquellos calcetines que sacaba del cajón y que olían tan bien...

Hace unos pocos años supe de Loli por un artículo en una web de educación. Estaba a punto de jubilarse, había dejado su puesto de profesora en la escuela pública hacía ya años, según ella "necesitaba dejar al escuela para dedicarme a la educación" y se dedicó a proyectos más pequeños, con otra esencia... Me sorprendió mucho, la verdad, debe de ser difícil tomar la decisión de dejar un trabajo seguro y lanzarse a la aventura. Igual no es tan raro que sea como soy, habiendo "nacido" en la escuela de una profesora tan maravillosa.

Y ahora que he acabado de escribir esto me siento genial, porque profesores así se merecen estos pequeños gestos. Y no se me ocurre nadie mejor que gente como yo, tan crítica con el sistema y la escuela, para saber valorar el trabajo bien hecho y expresarlo.

Gracias Loli, tu eres #oprofedamiñavida , # elprofedemivida. Ojalá pudieses leer esto, y recordar aquellos abrazos, no imaginas lo reconfortantes que eran. Y 30 años después aun te sigo queriendo con ese sentimiento de niña.

3 comentarios:

  1. Bonito homenaje! Me saldrían varios profes a mi en este homenaje! de hecho con tres de ellos aún tengo contacto.

    Un beso .

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  2. Me ha emocionado mucho, ojala todo el mundo tuviera o hubiera tenido un profe así, la verdad, no se por qué me ha removido tanto, pero estoy llorando "como una niña", gracias por compartir. Un abrazo.

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  3. Un testimonio emocionante... Ojalá Loli pueda leerlo, seguro que le haría sentir que "no todo está perdido", que su paso por el sistema educativo fue pregnante. Un beso!!

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