martes, 24 de enero de 2012

Niños que te dejan con el culo al aire (literalmente)

Esta tarde nos fuimos a la peluquería, las tres, y luego a tomar un café. Estando en la cafetería fuimos al baño, las tres, era un baño muy amplio, esta iba a ser el problema en unos minuto. Y entre gritos y alboroto decidimos los turnos, primero mi hija mayor, luego la peque y por último yo. Cuando estaba yo usando el W.C., mi hija mayor empezó a intentar abrir la puerta, y claro, no hay pestillo tan sencillo que un niño pueda abrir si se ha quedado encerrado, ni pestillo tan complicado que no pueda abrirlo si de ello depende dejarte con el culo al aire, y abrió, y como el alboroto era, el normal en nosotras, osea mucho, y yo había ya oído el click que indicaba que mi dignidad corría peligro, chillé "NO ABRAAASSSSSS" mientras ya se abría y todo el que estaba allí estaba mirando. Las dos salieron, dejando la puerta abierta, y yo, con toda la dignidad que te puede quedar cuando te ven meando, corrí subiéndome los pantalones por el camino, porque no quería que salieran de la cafetería.

Y es que no es la primera vez que me dejan con el culo aire, lo más típico es en los probadores con cortina, esos que ya exigen de por si, una colocación especial para que no se te vea por algún lado. Y de todos es sabido lo divertido que es atravesar una cortina sin apartarla, yo hacía esto de pequeña y me parecía divertido, pero creo recordar que todos los probadores eran como pequeñas habitaciones con su puerta, ni siquiera se veían los pies, así que si entrabas con tu madre no había posibilidad, estaba la del pestillo, pero supongo que era subsanable por una madre que solo está probandose ropa.

La otra versión que me ha pasado de quedarme con el culo al aire, es la pataleta que te pilla en chándal o ropa que se sostiene solo con una goma. La mejor fue saliendo del mercadona, con dos buenas bolsas, una en cada mano, la niña se enfada y en la que doy un paso, ZAS!!! se agarra a mi pantalón por detrás, y me lo baja hasta las rodillas, y yo dejo las bolsas, y tiro del pantalón, y consigo taparme las caderas porque ella sigue fuertemente agarrada al pantalón por detrás, y es difícil convencerla o soltarle las manos. Recuerdo especialmente que ese día las típicas personas metomentodo que aparecen a decirle algo a la niña y a intentar mediar entre nosotras, no aparecieron, ya hablé de estas personas AQUÍ, personas que actuarán siempre y cuando tengas los pantalones en su sitio.

Esta última versión también se puede dar en versión tetas, una camiseta bien elástica, te engancha y se te ve hasta el ombligo.

Desde luego, la de hoy es de las peores, ahora me río, pero la vergüenza que pasé...

2 comentarios:

  1. estos nosos fillos.... parece simpático o tema Eva...e... xa poño parece pq supoño que a ti nin pisca de gracia.

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  2. Como me reí con esta entrada... Aunque he de decir que lo de ser madre tiene sus peligros en lo tocante a la vergüenza. O te bajan los pantalones, o dicen algo imprevisto en el momento inapropiado, o le cuentan a alguien algo comprometedor...

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