Esta mañana después de dejar a mis hijas en el cole me tomé un café y leí la prensa, en la segunda página de La Voz de Galicia estaba esta noticia:
Miles de niños siguen sin actividades extraescolares en Galicia.
Las consecuencias de las horas de la discordia.
Ya hablé de esto, pero como viene carnaval, me sigue rondando. No hace falta que diga que me encanta el carnaval, además en Galicia hay una tradición "carnavalera" importante, y esto no debe obviarse en las escuelas. No cabe duda de que se tratará el carnaval en la escuela, creo que forma parte del curriculum escolar, pero no se como se puede tratar el carnaval sin elaborar disfraces, disfrazarse y VIVIR el carnaval. De hecho se deberían vivir más las asignaturas en general, pero ese es otro tema.
Mi opinión es que esta medida de protesta no lleva a ningún sitio, no van a cambiar la política de recortes porque los niños no vayan a disfrazarse en la escuela, o no salgan de excursión a visitar una empresa de elaboración de quesos. Esto solo afecta a los niños principalmente, y a las familias.
Como madre me enfada que la escuela me cierre las puertas, me enfada que me las cierre en general, y en especial si hay un problema que afecta mis hijas. Si esto es una guerra, no quiero dejar que mis hijas la padezcan o la luchen sin mi. No quiero sentirme atada de manos ante los problemas de escuela pública, que si es pública también es mi escuela. En concreto no quiero estar fuera de nuestro colegio, porque es NUESTRO, muchos de los maestros y profesores que hoy forman parte de él, quizás el curso que viene no estén, o al siguiente, pero mis hijas y yo estaremos ahí hasta los 12 años, y me enfada que ese maestro o profesor que forma parte de NUESTRA escuela hoy, pero no mañana, me cierre las puertas, porque nosotras seguiremos ahí cuando él ya no esté.
También me enfada, y me entristece, la falta de iniciativa de las madres y padres que formamos la escuela con nuestros hijos. Me enfada que no estemos a la altura para apoyar, defender y aportar en la escuela lo que nuestros hijos se merecen. Me enfada que no seamos capaces de tomar las riendas y hacerlo, mejor o peor, pero hacerlo, ofrecerle a nuestros hijos y a nuestra escuela lo que nosotros mismo tuvimos cuando fuimos niños. No estamos a la altura ni como colectivo ni individualmente.
Yo, voy a pensar en lo que haré, si abandonar la escuela en esos días y vivir el carnaval por nuestra cuenta, si mandar a mis hijas llenas de carnaval, o si resignarme y dejarlo pasar, que desde luego no es mi estilo.
El otro día me definía a mi misma como Doña Erre que Erre, ¿lo recordáis? Si son sus, son sus, pero si son mis, son mis. Y la escuela es MI escuela, las niñas son MIS hijas, el carnaval es MI carnaval. En este caso NUESTRA escuela, NUESTRO carnaval, NUESTRA familia. O digamos NUESTRA comunidad educativa, formamos parte, somos escuela, tanto como quien cobra por formar parte de ella o más, porque una escuela sin niños no es una escuela, ellos son lo principal y no deberían verse afectados por estas cosas. Los profesores disponen de menos tiempo, lo comprendo, pero somos muchas las familias que estamos dispuestas a compensar esa falta de tiempo y aportar el nuestro para que los niños no se vean privados de "privilegios" en la escuela mientras se soluciona, entre adultos, todo el problema de los recortes en educación.
Cada día dejamos a nuestros hijos en la escuela pública, y cuando se cierra el portalón del patio, siento que los dejamos en una escuela que se viene abajo, y solo podemos mirar desde fuera. Y siento que nadie estamos haciendo suficiente por evitar esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario