El día del engendro.

Llegó el día, hoy es el Día del Engendro, y yo, como cualquiera tengo unos cuantos, y he decidido presentarlos, igual alguno se desengendra un día.

Empiezo con una manualidad, que pretendía ser una casita monísima, con su puerta y sus ventanas pintadas al rededor y se ha quedado en una garrafa de Ariel con dos cortes de cuter y unas pintadas de rotulador permanente, y es que parecía fácil, pero esto con cuter no se corta nada bien.

Y el bolso reciclando una bufanda, al que después de un año aun no se que asa ponerle, sin comentarios, un año es mucho tiempo.

El vestido reciclando dos pantalones... y van 2 meses a vueltas con él, y no veo la forma de arreglar el escote, así que ahí está esperando un arranque de inspiración, o de mala leche e irse a la basura :-( Y mira que la idea era buena. De momento no me rindo con él.

Y esta es muy buena, una chaqueta hecha de un pantalón de pana y un jersey, cosí las mangas antes de cerrar escote y bajo, y ahora al darle la vuelta, quedan las mangas del revés, y si pongo las mangas del derecho, no puedo coser y luego girar, como decía una compañera bloguera, no recuerdo quien, es un bluque jajajajaja, encima yo subo la foto del derecho, y este blog decide que debe estar así, del revés, porque se ve que no reconoce el derecho, lo mismo que me pasó a mi cuando cosí las mangas jajajajajaa.

Y este es el mejor de los mejores engendros que he hecho, mi proyecto de tener plantas aromáticas en la balconera... Ya me imaginaba abriendo para recoger el perejil más fresco del mundo, la albahaca en el momento de cocinar, podía casi olerla  mientras crecía, eso creía yo, porque jamás le vi ni un brote, el perejil si llegó a salir, y en el momento en que parecía que se iba a convertir en un adulto saludable, empezó a venirse abajo... al final nacieron unas ortigas, que también se han secado, si, si, las dejé a ver que pasaba, y ni las ortigas se quedaron. En la otra maceta había manzanilla, planta famosa por lo bien que crece... lo se de oídas, porque la mía... :-S

Y por último, y por hablar en favor de los engendros, mis lapiceros de lanas, que no sabía como rematar en la base, la boca y las uniones de colores para que las lanas quedasen en condiciones.

Pero después de varios intentos, conseguí hacerlo bien, y mi hija recortó unas piezas de fieltro para una flor y quedó bien... Y es que los engendros, son necesarios para aprender. Así que VIVA AL ENGENDRO!!!