Esta tarde aprovechando el buen tiempo nos fuimos a merendar a la playa. Me encanta que el invierno de una tregua, y es que en Galicia, el invierno es muuuuyyyy largo, así que catar un poco de verano a estas alturas del año sienta de vicio.
Lo mejor, las niñas se han portado como lo que son, niñas pequeñas, y me han montado un tremendo pollo al irnos... Primero eran las arenas, y ya íbamos con lloros, pero luego han visto el camión de los helados, y ha sido el acabose, y todo el camino he venido con la canción del helado. Es genial, una tarde hermosa, divertida, siempre acaba con canciones "heavy baby" jajajaja. Y era tal el cansancio, que el proceso de baños, cena, cama, no ha sido tampoco un capítulo de la casa de la pradera. Ser mamá es así, vivir al límite de tus posibilidades "pacienciles".
Os dejo una fotillo de lo bonita que estaba la playa, porque no he sacado la de mie**a que había traído el mar, y es que como en invierno no se limpian las playas... Bueno, detrás de las niñas se ve una montañita de cuerdas.
Ahora toca ponerse a cortar tela con las instrucciones de La Pantigana, que debo de ir de última.
Estamos teniendo un tiempo de verano, es más, en verano ya es raro que vengan tantos días seguidos buenos. Así que a disfrutar mientras se pueda.
ResponderEliminarQué envidia de tarde! (bueno, la última parte no tanto, jeje)
ResponderEliminarNo te preocupes que no eres la última, yo llevo todo un día de retraso :(